Viernes, 28 Enero 2005 12:07

EL DEPORTE: MEDICINA NATURAL

Mantener una actividad física mínima tiene ventajas incuestionables para la salud. El cuerpo humano está diseñado para moverse, pero es nuestra forma de vida sedentaria la que frena una tendencia natural que le es propia. Practicar deporte con regularidad ayuda a prevenir la aparición de algunas enfermedades y garantiza una mayor calidad de vida. En las sociedades industrializadas la mayoría de los profesionales no desempeñan un trabajo físico en su ocupación laboral. Así, nuestro día a día está marcado por sillas, automóviles o mostradores, por lo que permanecemos sentados o a pie firme, sin que nuestros músculos y huesos apenas tengan actividad.
El sedentarismo propicia la aparición de enfermedades y dolencias. Es el caso de problemas relacionados directa o indirectamente con el corazón, el peso, el aparato locomotor o el equilibrio emocional, que está probado que mejoran notablemente cuando el deporte hace acto de presencia.


Enfermedades que mejoran
- La hipertensión: Los beneficios del ejercicio son incuestionables: algunos estudios hablan de un descenso de 10 a 20 mmHg en las horas siguientes a una actividad física moderada como andar deprisa, pasear en bicicleta o nadar durante media hora. Curiosamente las investigaciones también revelan que los beneficios son mayores en la medida en que la hipertensión es más severa, ya que el corazón se fortalece y se oxigena mejor, lo que repercute en un descenso de la presión arterial. El deporte mejora la hipertensión, rebaja las cifras de colesterol y mejora el corazón. Incluso en las insuficiencias cardiacas, para las que hace tiempo se recomendaba reposo, ahora se aconseja un plan de ejercicios moderado.
- Diabetes Tipo II: Esta enfermedad incrementa notablemente el riesgo de sufrir un infarto. Sin embargo, el ejercicio contribuye a rebajar los niveles de glucosa en sangre debido a que se produce mejor receptividad a la insulina.
- Obesidad: Con el deporte, incrementa el gasto energético del cuerpo y es más difícil que se acumulen esas reservas que originan el sobrepeso.
- Osteoporosis: Se trata de un tipo de fragilidad ósea propia de las mujeres posmenopáusicas. La evolución de esta enfermedad se hace más lenta si se realizan ejercicios de resistencia como las pesas. Además, aquellas mujeres que han practicado deporte a lo largo de su vida tienen una masa ósea más desarrollada.
- Sistema inmunológico: Una buena sesión de gimnasia o unos kilómetros sobre la bici o cinta mejoran el sistema inmunitario. Las defensas del organismo se estimulan y se fortalecen, se eliminan mejor las sustancias tóxicas y aumenta la producción de endorfinas.
- Salud psíquica: El deporte rebaja las tensiones y nos ayuda a desconectar de los problemas causantes del estrés y la ansiedad. Nos provoca esa agradable sensación de cansancio físico que permite relajarse y que tan distinta resulta del agotamiento mental. No hay que olvidar que las endorfinas aumentan la sensación de bienestar y, como decíamos, su secreción crece con el deporte.
Deporte con moderación
Por muchas ventajas que se obtengan de la actividad física, resulta temerario lanzarse a la carretera, a la piscina o la montaña sin acudir antes al médico, realizarse un chequeo y consultar qué tipo de actividad es la más adecuada en función de la edad y el estado de salud que se tengan.
Para que el deporte sea eficaz y saludable resulta fundamental que tenga una intensidad media y que se mantenga en el tiempo. No vale con cinco minutos diarios o con tres horas cada 15 días. Hay que practicarlo de tres a cinco días a la semana durante al menos 30 minutos.
A. Montes

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